Esta noche ha sido la última de tantos intentos...
Además los seres imaginarios, si fuesen creados-mis fantasmas, diría yo si fuera escritora, ya no se modificarán de los verdaderos.
Entonces. ¿Para qué escribir algo que no ayudará a nadie? LO mejor es el silencio; pero al guardarlo, ya sin manipular las palabras, sin darles vida, me ha embargado la desesperación.
Ha sido mi rabia metida en una guerra inútil contra las palabras, la que quiso tratar de justificar mis fracasos, las ganas de tenerle a mi lado, de acariciarle, de llenar mi huérfano amor hecho girones desde que se fue mi inocencia y con ella el aliento de mi vida.
Me asaltan algunas inquietudes.
Absorta, medito en esos detalles.
Raras sensaciones me hacen estremecer. Me doy cuenta que me encuentro varada en mi misma. En estos momentos de calma he tomado este teclado, cada acto, cada palabra pronunciada o escrita, era un desafío, mi vida registra nuevos descubrimientos.
ME dedico a entablar un diálogo profundo con mis personajes, los recreo en mi memoria...
IRIS MORALES
